CAPÍTULO CXXXI : Y AHORA QUE .....



Hoy hemos amanecido con una triste noticia, el fallecimiento de un GRANDE, eso no quiere decir, que nuestros seres queridos, que se han ido, no fueran GRANDES.
En este caso concretamente, cabe destacar una persona que hace años, nos dio una gran lección a toda la población, que venia de una guerra civil, había mucha pobreza, una gran tasa de paro, y aún había coletazos añorando el régimen dictatorial del que provenía nuestra población, "" régimen franquista".
Esta persona tuvo el valor de enfrentarse a toda serie de personajes, tanto franquistas, militares, el problema de los atentados de ETA y alguna parte de la sociedad, que no entendía la llegada de esta persona.
Pero con el paso de los años, demostró a todos cual era su misión en esta vida, primero hombre de palabra, leal, colaborador excepcional, valiente,amigo, la unión, hombre que puso por delante los intereses nacionales a los personales, el consenso, y con el supimos salir adelante ante tantos problemas y llegar a un país democrático que es hoy.
Una vez alcanzado los objetivos, podemos observar, como unos cuantos de su partido, comienzan a tejer una gran tela de araña que con ayuda de la oposición, militares y algunos personajes más, se asocian para conseguir desbancarlo de su puesto como presidente.
Siempre ha sabido estar en el puesto que le asignaban, nunca habló mal de nadie, siguiendo dando lecciones a toda la población, ya que, el sabiendo muchas cosas, pudo poner a mucha gente en su sitio, pero prefirió dejar las cosas como estaban y que siguieran su curso, hasta llegar a nuestros días.Llegó a ser un trabajador al servicio del Estado,lo que ahora precisamente no existe por desgracia.
Cuando se retira, su esposa y su hija mayor, fallecen de cáncer, y el sufre la enfermedad del Alzheimer.
El tenia pánico, al olvido, a no recordar, y cosas de la vida, poco a poco, se fue borrando todo.
Falleció sin saber que fue el primer Presidente de la Democracia y sin conocer a sus seres queridos.
La enfermedad del Alzheimer no hace distinciones y por lo tanto, nadie está libre de sufrir esta cruel enfermedad.

¿Y ahora que?, cuando llega el momento de partir, todos tus seres queridos, que han estado, desde el primer día de enfermedad al último día, sin dejarte ni un solo momento, se encuentran ahora con que,el vacio que ha dejado y  esa monotonía diaria,esa rutina que comenzaba a primera hora de la mañana y se alargaba todo el día hasta la noche, así día tras día, mes tras mes,año tras año,  ya no existe.
Ahora te encuentras huérfano en todos los sentidos, dentro del dolor hay felicidad, pero el vacio es enorme.


El cuidador no profesional de un enfermo de Alzheimer es aquel dispuesto a dejarlo todo por el bienestar de un ser querido afectado por dicha enfermedad o, como mínimo, es aquel que asume desempeñar tal papel por obligación moral a no abandonar, a no desvincularse del proceso neurodegenerativo al que ese ser (que una vez le dio la vida y/o se la enriqueció de alguna manera) va a estar expuesto.
" Cuidador" es aquella persona decidida a sacrificar su vida, sus necesidades, sus aspiraciones y sus deseos más personales por amor, altruismo, generosidad y capacidad de entrega más absoluta.Es esa mujer y es ese hombre que, a pesar del miedo cuando se encuentran ante un diagnóstico tan devastador como puede ser aquel que lleva por nombre "Alzheimer", se suben a la barca con el aquejado, se arremangan y se lanzan a remar junto a éste contra viento y marea:aún sabiendo de que la embarcación, antes o después, más pronto o más tarde, zozobrará.
Cuando un diagnóstico de ese calibre llega nuestros hogares, uno ya sabe que el final de la historia está irremediablemente escrito.Y que por más que te involucres, asistas y luches, la enfermedad acabará por ganar la batalla y resultar vencedora de ese cuerpo a cuerpo en el que,durante años, le tendrá sumido al cuidador principal:aquella segunda víctima directa del Alzheimer de al que tan poco suele hablarse y cuya labor apenas está reconocida o no es ni tan sin quiera entendida en múltiples instancias por la familia,los amigos y/o la misma sociedad.
La figura del cuidador no profesional es única, es especial, es definición de amor incondicional en su estado más puro, de dedicación,de heroicidad, de fuerza y de lealtad;por más frágiles, débiles, impotentes y perdidos que nos podamos sentir a lo largo de esa ruta por los bosques del olvido que, junto a nuestros seres queridos aceptamos recorrer sosteniéndoles con firmeza de la mano hasta el final.
Y pesar de las dificultades, de los obstáculos y de los peligros con los que nos vamos encontrando durante el trayecto, seguimos siempre en una única dirección: hacia delante.Una vez iniciamos nuestra andadura, no nos queda otra opción que la de proseguir por esas tortuosas y dantescas sendas, a través de las que la enfermedad nos dirige, hasta que el propio Alzheimer acabe con ellos y/o con nosotros.Es así.
Los cuidadores no profesionales son miles, por no decir millones, de héroes anónimos que a diario tienen que experimentar cantidades ingentes de sentimientos:sufrimiento, preocupación,culpa, agotamiento, tristeza,dolor,amargura,rabia,ira,impotencia,soledad,aislamiento y tensión, entre muchos otros.También son persona, personas corrientes.Personas que han sido iniciadas al mundo del cuidad sin previo aviso, sin una preparación adecuada, sin apenas ningún tipo de información sobre lo que ca a representar ocuparse de un enfermo de esas características o sobre qué  repercusión acabará teniendo en ellos, a corto y largo plazo, ese contrato tan particular que han firmado por principios.También es cierto que todos terminamos por pagar un precio muy alto por la labor desempeñada:tanto físico como emocional.
No todo el mundo está capacitado para cuidar.No todas las personas que pueblan este mundo están dispuestas a hacerlo, ni son aptas para ello.Aunque pienso que todos deberíamos estar tanto mental como emocionalmente preparados para tomar ese tipo de riendas, en el momento en que dicho mal entra por la puerta de nuestros hogares listo para arrasar con todo lo que encuentra a su paso cual tornado.
La familia, los amigos, la sociedad, como mínimo, tiene que estar sensibilizados con nuestra figura.Deben reconocer y valorar nuestro trabajo.Han de mostrarnos más empatía, preocuparse más por nosotros y ofrecerse más a menudo a tendernos una mano para hacernos la travesía algo más llevadera.
Los cuidadores no profesionales necesitan tan sólo una cosa:no sentirse solos.No les olvidemos.No nos olvidéis.Somos la cara invisible del Alzheimer.Comenzad a mirarnos a los ojos y preguntarnos cómo estamos, qué pensamos, qué necesitamos y cómo nos sentimos.
Aquí os dejo otro capítulo.
Espero que sea de vuestro agrado.
Un abrazo para tod@s.









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