CAPÍTULO CXXXVI: CÓMO CAMBIAN LAS RELACIONES.



Cuidar de alguien puede afectar a tu relación con esa persona,así como otras allegadas a ti.Cuando alguien que antes era independiente y saludable se vuelve dependiente a causa de una enfermedad o una discapacidad, los equilibrios de poder cambian y, de modo inevitable, también lo hace el papel que cada uno desempeñaba en la relación.Algunas relaciones resultan fortalecidas a causa de la intimidad y unidad que trae consigo el cuidado del uno por el otro.
CUIDAR A UN PROGENITOR.
La mayoría de nosotros recurrimos a nuestros progenitores y confiamos en que nos den afecto y apoyo, incluso cuando ya tenemos familias propias.Puede resultar muy angustioso ver cómo esa persona en quien siempre has confiado se vuelve frágil o enferma,y es posible que tengas la impresión de que debes asumir la responsabilidad de cuidarla.El deterioro de la salud de un progenitor es un recordatorio de nuestra propia mortalidad.En dichas situaciones, la inversión de los papeles resulta inevitable, aunque no es fácil aceptarla.Para el padre podría resultar difícil aceptar que ya no es el protector y proveedor, y que tiene que recurrir a ti para que lo atiendas.Tú, por tu parte, tal vez te sientas obligada a asumir el papel de cuidadora, y sentirte culpable por el deseo de evitar la responsabilidad.Para muchos,no obstante, la necesidad de cuidar un progenitor se transforma e una oportunidad para corresponderle por la ayuda prestada a lo largo de los años.
CUIDAR A UN NIÑO.
Cuando un niño se ve aquejado por una enfermedad o discapacidad severas, saber que quizá no tendrá un desarrollo normal ni tendrá tampoco las mismas oportunidades que otros niños puede resultar descorazonador.Tu impulso instintivo probablemente será sobreproteger a tu hijo pero, siempre que sea posible, debes alentarlo a hacer cosas por sí solo.El asistente social puede asignarte un educador de calle que os ayudará tanto a ti como al niño.También podría serte de ayuda contactar con organizaciones especializadas para informarte acerca de su enfermedad o discapacidad y las limitaciones que implica.Por ejemplo, con el apoyo adecuado, un niño con síndrome de Down puede desarrollar habilidades que le permitan llevar una vida plena.
CUIDAR DE TU PAREJA.
La mayoría de las parejas comparten el sueño romántico de envejecer juntas.Tanto si se produce de manera repentina como gradual, la transición de uno de los cónyuges al papel de cuidador acarrea cambios inevitables dentro de la relación:un cónyuge debe proporcionar más cuidados y apoyo mientras que el otro se vuelve cada vez más dependiente.Podría ser una época difícil y ambos tendréis que aprender a superar la tristeza:tú, porque la persona a la que amas está enferma;tú pareja, porque tiene que adaptarse a este nuevo e inesperado papel de dependencia.
ENFRENTARSE A LAS TAREAS.
Si la enfermedad debilita físicamente a tu pareja,tal vez tengas que atenderla en aspectos muy íntimos.Esto podría uniros más, pero también podría resultarte incómodo y embarazoso y, en ese caso, quizá te interese considerar la posibilidad de solicitar la ayuda de otra persona.
APRENDER A COMPRENDER TUS SENTIMIENTOS.
Si tu pareja sufre una enfermedad que le afecta en el aspecto mental,como la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo,podría haber momentos en los que sientas que no es la persona de la cual te enamoraste,y te sientas frustada y enojada porque ya no podeís comunicaros como antes.Incluso podría haber momentos en los que te sientas herida, insultada y enojada porque tu cónyuge está confuso y no te reconoce.Esos sentimientos son naturales;si te sientes exasperada, habla con alguien que pueda entenderte.
ADAPTARSE A UNA RELACIÓN SEXUAL QUE HA CAMBIADO.
Es posible que la enfermedad haya afectado a tu cónyuge en el aspecto físico y que eso influya en vuestra relación sexual.En dicho caso, es importante que manifiestes tus sentimientos de de manera abierta.Él podría sentirse avergonzado e incómodo y, si siente que tú te distancias, lo único que conseguirás será reforzar su sensación de aislamiento.La sexualidad es una parte importante de la relación de pareja, pero a menudo la incapacidad de hablar abiertamente del asunto hace que la gente sufra en silencio en lugar de buscar una terapia de apoyo.El deseo sexual fluctúa, y habrá momentos en los que el grado de deseo de cada uno no sea compatible con el del otro.Si tú y tu pareja no podéis hablar abiertamente, pide a tu médico de familia que os recomiende a alguien que pueda ayudaros.

Aquí os dejo otro interesante capítulo, espero que os guste.
Un abrazo para tod@s.

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